Hay veces que la vida te pasa por encima.
Te sientas en un rincón y dejas que siga su ritmo, mucho más rápido que el tuyo, tan frenético, que has desistido del intento de seguirlo...
Observas que los colores ya no son tan intensos, que los sonidos se transforman en ruidos sordos en tu oido, que las cosas no van como se supone que deben ir.
Observas los gestos, los movimientos, los actos de los demás, y sabes que no puedes reproducirlos, que no te llega el talento ni tan siquiera para imitarlos. Ya ni te preocupas por maquillarlo, disimularlo o transformarlo.
Has perdido las ganas
Es como esa foto que guardas en el ordenador y ni te molestas en cambiarle el nombre, y figura triste y sin personalidad con el cartel de "Sin Titulo -1" por el escritorio, o en la carpeta de mis documentos, porque no has tenido tiempo o ni tan siquiera ilusión para encontrarle un sustantivo o adjetivo que la defina.
Y así deambula, sola y apartada, tratando de encontrar su sitio, sin encajar ni en un lado ni en el contrario, ni a favor ni en contra, ni con unos ni con otros... sin saber si blanco o negro, par o impar, derecha o izquierda, arriba o abajo...
...sola.
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