"Inventa un cielo para mi".
En mi cielo no existen los despertadores, y las únicas pastillas que los médicos recetan son las de chocolate negro. En la tercera nube a la izquierda hay una enorme y mágica librería, que regenta mi hermana y donde mi madre devora los mejores libros que jamás se escribieron.
En mi cielo no hace frío más que cuando estás en casa compartiendo sofá, manta y peli con la persona que quieres. Se han abolido por ley los atascos y las listas de espera, y cuando quieres ir a un sitio solo tienes que chasquear los dedos.
En mi cielo no hay números rojos y trabajas en lo que te gusta. El cine y el teatro son gratuitos y de estudio obligado en el cole y cada pequeño pueblo y rincón cuenta con un telón de un rojo tan intenso como los sueños que tienen listos para mostrar.
Pasadas dos constelaciones y sorteando un cohete descontrolado te encuentras con la playa de Sotavento, en Fuerteventura, donde los amigos te esperan con los brazos abiertos para correr por la arena, y les da los mismo que seas la primera en caerte.
En mi cielo la hierba siempre tiene un pequeño rincón preparado, calentado suavemente por el sol, para que te tumbes y adivines la forma de cada nube. Sales guapo en todas las fotos, tu flequillo está siempre en el sitio correcto y los martes, sin faltar uno, encuentras el vestido perfecto a un precio irrisorio. Todas las noches son especiales, los zapatos más bonitos nunca te hacen daño y te levantas con esa fantástica sensación de que el día va a ser perfecto.
En mi cielo, que está justo entre los hoyuelos de Carlos, su risa se escucha por la megafonía de cada calle y rincón. Romeo y Julieta se mandan mensajes graciosos por facebook y sus padres están demasiado ocupados viéndoles crecer y disfrutando de la vida como para interponerse. Marilyn Monroe regenta una empresa de eventos de ensueño y el blanco y negro se vuelve color al final de cada carcajada.
En mi cielo puedes comerte una tarrina entera de helado de tarta de queso con fresa y galletas sin que después te sientas culpable y el cuerpo de bomberos, con mi hermano al frente, vela porque a nadie le falte helado de vainilla para el café y sorbete de limón para el cava. Solo llueve cuando te apetece saltar en los charcos y si necesitas agua no tienes más que apretar cualquiera de las manzanas de caramelo que adornan todos los portales.
Mi cielo está entre tus brazos y en él están todos aquellos a los que quiero tener en los míos.
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En mi cielo no existen los despertadores, y las únicas pastillas que los médicos recetan son las de chocolate negro. En la tercera nube a la izquierda hay una enorme y mágica librería, que regenta mi hermana y donde mi madre devora los mejores libros que jamás se escribieron.
En mi cielo no hace frío más que cuando estás en casa compartiendo sofá, manta y peli con la persona que quieres. Se han abolido por ley los atascos y las listas de espera, y cuando quieres ir a un sitio solo tienes que chasquear los dedos.
En mi cielo no hay números rojos y trabajas en lo que te gusta. El cine y el teatro son gratuitos y de estudio obligado en el cole y cada pequeño pueblo y rincón cuenta con un telón de un rojo tan intenso como los sueños que tienen listos para mostrar.
Pasadas dos constelaciones y sorteando un cohete descontrolado te encuentras con la playa de Sotavento, en Fuerteventura, donde los amigos te esperan con los brazos abiertos para correr por la arena, y les da los mismo que seas la primera en caerte.
En mi cielo la hierba siempre tiene un pequeño rincón preparado, calentado suavemente por el sol, para que te tumbes y adivines la forma de cada nube. Sales guapo en todas las fotos, tu flequillo está siempre en el sitio correcto y los martes, sin faltar uno, encuentras el vestido perfecto a un precio irrisorio. Todas las noches son especiales, los zapatos más bonitos nunca te hacen daño y te levantas con esa fantástica sensación de que el día va a ser perfecto.
En mi cielo, que está justo entre los hoyuelos de Carlos, su risa se escucha por la megafonía de cada calle y rincón. Romeo y Julieta se mandan mensajes graciosos por facebook y sus padres están demasiado ocupados viéndoles crecer y disfrutando de la vida como para interponerse. Marilyn Monroe regenta una empresa de eventos de ensueño y el blanco y negro se vuelve color al final de cada carcajada.
En mi cielo puedes comerte una tarrina entera de helado de tarta de queso con fresa y galletas sin que después te sientas culpable y el cuerpo de bomberos, con mi hermano al frente, vela porque a nadie le falte helado de vainilla para el café y sorbete de limón para el cava. Solo llueve cuando te apetece saltar en los charcos y si necesitas agua no tienes más que apretar cualquiera de las manzanas de caramelo que adornan todos los portales.
Mi cielo está entre tus brazos y en él están todos aquellos a los que quiero tener en los míos.