Llevo desde la noche de mi cumpleaños dándole vueltas a qué escribir en las primeras páginas del libro en blanco que me regaló Mateo. Considero que es algo muy importante y que definirá la calidad del resto de páginas y eso es mucha presión.
Mi adorado Mateo no está de acuerdo, dice que lo importante es escribir lo que en estos momentos necesite escribir, sin preocuparme por cómo llenaré el resto de hojas, ya que eso me condicionaría y perdería frescura. Es tan inteligente...
Estos días está cansado, lleva varias tardes marchándose a la puerta del Sol nada más que termina el cole. La otra noche estuvo hasta la madrugada, lo justo para darse una ducha y venir a ocuparse de mi y mis preguntas.
Me cuenta que la gente se reune para allí hablar, exponer sus ideas, compartir, conocerse y tratar de hacerse oir de una manera pacífica y organizada. Me habla de la gente que se sienta a su lado, que comparte una manta o un paraguas, que hace fotos, que cuenta su historia...
Dice que ayer estuvo junto a un chico que pinta muy bien y que si hoy coinciden le va a pedir que le haga un retrato mio para mi libro. Le he dicho que si no tiene una foto no podrá dibujarme y Mateo dice que sí, que hay dos formas de ver a las personas, como aparecen en una imagen o como se muestran a los demás, y él le contará a su compañero "de lucha" cómo soy para que el dibujo sea auténtico. Me pareció muy emocionante que pensara en mí en la revolución, como un soldado que en el campo de batalla guarda en el bolsillo más cercano a su corazón la foto de su amada.
Mateo dice que la gente ya no se reune en la puerta del sol para comer las uvas y dar la bienvenida al nuevo año, sino para cambiar las cosas y hacer los sueños realidad. Dice que hay una pancarta que dice "Si no nos vais a dejar soñar, no os vamos a dejar dormir"
Me encantaría poder ir con él.
El otro día se lo dije a mamá, que por qué no íbamos y llevábamos manzanas, agua, sacos de dormir o lo que necesitaran. Mi madre me dijo que era muy niña para ir y que tengo obligaciones como la escuela y los deberes, igual que ella las tiene en su trabajo y con la familia, pero me lo dijo con una sonrisa triste y un brillo distinto en los ojos, porque yo sé (papá siempre le dice cuando hablan de política que es su "roja revolucionaria favorita" ) que mi madre en realidad se pasaría dias enteros allí si pudiera.
También me dijo que aunque no pueda estar allí, ella también lucha, votando, porque las cosas cambien, y que cuando yo sea mayor, si quiero cambiar las cosas y por lo que sea no puedo ir a sentarme en una puerta de sol (de esas que brillan por lo que guardan en su interior), encontraré otras formas adecuadas de que mis ideas también cuenten, porque soy muy lista.
Aún así me encantaría poder ir con Mateo y compartir esos momentos, debe ser muy intenso y especial, esa sensación de que está pasando algo grande, importante, y que formas parte de ello... pero desde Torrejón (y desde mis 13 años) está todo más lejos de lo que me gustaría.
Mientras tanto, me pierdo en los ojos de los que me cuentan las cosas: en los de Mateo y su cara de cansado, con esas ojeras grises que le hacen más mayor e interesante, en los de mamá y ese brillo de rebeldía que aún hoy la acompaña, y en los de papá y el amor con el que la mira.
día a día estás rellenando una hoja en blanco de tu vida..y con tu vida...aunque , a veces, escribas con la tinta invisible del corazón...
ay rosita, cómo me quieres :D