Te echo tanto de menos…
Sabía que estabas en casa antes siquiera de abrir la puerta, la risa de mamá descendía por la escalera como las notas de ese piano que nunca tuvimos. Tu llegada significaba monedas de diez centavos para comprar helados, y, en los mejores momentos, de veinticinco para ir al cine, y meriendas en el Forest Park. La gracia sureña se apoderaba de nosotros cuando estabas cerca e incluso papá olvidaba su odio al mundo si tú le mirabas. Nunca estuve más cerca de Dios que cuando caminaba de tu mano.
Te echo tanto, tanto de menos…
Aún me parece oler tu esencia de rosas y azmilcle… “cuando se nace tan delgadita como yo, hay que buscar la forma de sustituir a las suntuosas curvas de las mujeres del Sur, niño curioso” me decías cuando te preguntaba por la elección de tu perfume.
Y me mirabas con esos ojos grandes, que me revelaban lo profundo que me conocías, lo bien que me adivinabas, y que aún así nunca me intimidaron.
Crecí admirándote Nana, idolatrando tu forma de afrontar los días, de sacarte las piedras de los zapatos…
…de sonreír.
Te echo tanto, tanto de menos…
A veces, creo que todavía vas a aparecer en algún momento, diciéndome que ande derecho, que no tenga miedo, que no me deje llevar por esa desesperación que en ocasiones aún hoy me invade.
¿Por qué no estás?
Y me niego a recordar la forma en la que te marchaste, me niego a que sea tu enferma imagen la que ocupe mi retina. Porque para mí, siempre serás esa divertida y fuerte mujer que años después aún usaba las grandes pamelas de su juventud, ese ángel de labios rojos y pañuelo al cuello que se echaba el mundo a sus espaldas y parecía que guardaba todos los secretos de la vida en un ridículo bolso con forma de flor, ese ser con olor a rosas y azmilcle.
Mi querida y añorada Nana…
Mi querida y añorada nana…
Me encanta....mucho¡
gracias!
es parte de una nueva obra... como imaginarás, no la infantil... otra :P
ya te contaré
oleeeee!!! tiene muy buena pinta ;-)