Mi querida y añorada nana…
Te echo tanto de menos…
Sabía que estabas en casa antes siquiera de abrir la puerta, la risa de mamá descendía por la escalera como las notas de ese piano que nunca tuvimos. Tu llegada significaba monedas de diez centavos para comprar helados, y, en los mejores momentos, de veinticinco para ir al cine, y meriendas en el Forest Park. La gracia sureña se apoderaba de nosotros cuando estabas cerca e incluso papá olvidaba su odio al mundo si tú le mirabas. Nunca estuve más cerca de Dios que cuando caminaba de tu mano.
Te...
lunes, 28 de febrero de 2011
jueves, 3 de febrero de 2011
El bosque de los ceños fruncidos
Yo entraré allí... yo lo solucionaré! de verdad!
confiad en mí!
Es de valientes entrar en el bosque de los ceños fruncidos. De muy valientes...
Lo primero que sientes es el frío, un frío desolador, que hace que apenas puedas sentir otra cosa que los huesos gritando y pidiendo que salgas de allí lo más rápido que puedas. No... no importa los abrigos que te lleves, es inutil, es un frio interno, diferente, solo quienes pasaron por allí antes que tú lo entienden.
En el bosque de los ceños fruncidos te invade la tristeza sin que te des cuenta, entra...
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