Suena sin prisa. Sin pretensiones. Y aún así... perfecta.
No busca agradar, ni conmover, ni siquiera captar la atención, pero te acompaña sin apenas percibirse, sin molestias, sin artificios... No podrías describirla aunque quisieras, no sigue pautas ni cánones, no hay carencias... y aún así podrías repetirla sin errores dejando escapar un apenas visible hilo de aire entre tus labios. No tiene ritmo, pero palpita, y aunque no lo has hecho nunca, eres plenamente consciente de que podrías bailarla a la perfección simplemente cerrando los ojos y...