Imágenes que despiertan mi imaginación (IV)
A las 5 de la tarde el calor se convertía en un invitado molesto e incansable. Se pegaba a la piel como dándote a entender que no estaba dispuesto a marcharse en un largo rato por mucho que bajaras las persianas.
Por eso cerraba los ojos y trataba de esconderse tras un duermevela que no era más que una forma de evasión que venía perfeccionando desde que era niña.
En ese estado cualquier sonido se volvía diferente y juguetón, modificando o adornando lo que en ese momento pasara por su cabeza, convirtiéndose...